Acabo de terminar de leer mi primer libro en inglés. Estoy muy contento porque llevo más o menos un año estudiando inglés de manera seria. Estudio unos 25 minutos diarios, dependiendo del trabajo y de las circunstancias. Lo genial de leer este primer libro en inglés es que me he olvidado en muchos momentos de estar leyendo en un idioma que no es el mío.
Aprender es enfrentarse al caos
Cuando uno empieza a aprender cualquier cosa, pero sobre todo cuando uno empieza a aprender algo complejo como un idioma, tiene que enfrentarse al caos. Cuando empecé a estudiar inglés no entendía nada de los programas de radio que escuchaba, empecé escuchando a diario el idioma, para hacer el oído, pero persistí y empecé a enterarme en líneas generales del tema tratado, pero no de cada uno de los ítems individuales.
Cuando empecé a escuchar radio en inglés no podía escuchar más de 25 minutos, sin sentir que la cabeza me explotaba, por no entender lo que estaban diciendo, sin embargo ahora puedo pasar una tarde entera escuchando radio, solo en inglés.
El problema surge cuando uno abandona el aprendizaje, justo cuando empieza a darse cuenta del tamaño monumental del caos al que se enfrenta. Se trata de un muro tan alto, que asusta. Ese es justo el momento en que se deber persistir en el empeño de aprender, pero lamentablemente es el momento en el que la mayoría de las abandona.
Esto ocurre con cualquier disciplina. Aprender exige que nos enfrentemos al caos con valentía, sabiendo que lo podemos superar y llegar a nuestro destino como aprendices. Insisto, hay que saber perseverar a pesar del caos y del deseo de abandonar que todos los humanos tenemos. Ninguno queremos salir de nuestra zona de confianza. Queremos estar tranquilos en el sofá viendo la tele, en vez de enfrentarnos a la pared que significa cualquier nuevo aprendizaje.
Superar el muro del caos en el aprendizaje
El primer paso para superar el muro del caos, es darnos cuenta que tener conciencia de este muro es ya aprendizaje. La mayoría de los nuevos aprendices no son consientes de su ignorancia. Uno se apunta a un curso, seguro, confiado y sonriente, pero de repente empieza a darse cuenta del tamaño de su ignorancia. Es tan grande que uno sale corriendo al minuto y no vuelve a pisar el aula.
Ese es el mejor momento para comerse el elefante. Uno solo puede comerse el elefante bocado a bocado. No puedes comerte el elefante de un solo mordisco. Lo mismo pasa con el aprendizaje, no puedes aprender todo en una sola tarde, necesitas empezar a dar bocados pequeños y constantes para seguir aprendiendo.
La metáfora del bocado a bocado o partido ha partido como diría el Cholo Simeone, siempre me ha servido para adentrarme en el maravilloso mundo de aprender lo que sea y espero que a ti también te sirva.
¿Qué te ha servido a ti para enfrentarte al aprendizaje de algo grande como un idioma? deja tu respuesta en los comentarios del blog. Saludos